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"La 'misteriosa' desaparición de las vidrieras originales", artículo en EL MUNDO, 6-5-04

"La 'misteriosa' desaparición de las vidrieras originales", artículo en EL MUNDO, 6-5-04

Rouco dejó que Kiko Argüello rehiciera las cristaleras, adjudicadas en 1998 a un reputado artista mediante un concurso

http://www.elmundo.es/papel/2004/05/06/espana/1632930.html


JOSE MANUEL VIDAL

MADRID.- En enero de 1998, Manuel Ortega ganó un concurso para realizar las vidrieras de la catedral de La Almudena, en cuyo jurado estaban, entre otros, el cardenal Rouco Varela, el entonces presidente de la Comunidad de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón y el entonces alcalde, José María Alvarez del Manzano. Hace cuatro meses, el propio Rouco las mandó retirar para que su amigo, Kiko Argüello, pudiese hacerlas a su gusto. Y se convirtió en el pintor y también en el vidriero de La Almudena y de la Boda Real.

«Esto es una cacicada sin nombre, una falta de respeto a un concurso público internacional, a una obra de arte y a la legalidad», dice, absolutamente indignado, Manuel Ortega Oyonarte, el hijo del vidriero. Su padre, Manuel Ortega, tiene 83 años y hace unos meses perdió a su mujer. Por eso, la familia aún no le dijo nada.«Si se lo decimos, se muere de tristeza», comenta su hijo, arquitecto, pintor y también vidriero.

El concurso de las vidrieras de La Almudena fue público e internacional.Y se presentaron 25 proyectos. En el jurado, además de los ya citados, estaban los miembros de la Junta Técnica de la catedral y su secretario, Alfonso Ramonet García. Tras ganar el concurso, Manuel Ortega y su hijo comenzaron a realizar las vidrieras: siete de la girola alta (las que ahora quitaron) y 40 en las diez capillas de las naves laterales.

Un trabajo brillante, según los expertos. Porque Manuel Ortega es un artista consagrado. Entre los mejores de su profesión.«Hoy por hoy, el más importante fresquista español», opina el crítico de arte Juan Ramírez de Lucas. De sus manos han salido retablos, murales, cerámicas y vidrieras de catedrales y capillas de Madrid, Soria, Segovia o Cádiz, y hasta de hoteles, como el Hotel Colón de Madrid y de Rota.

Según Ortega hijo, «desde el principio tuvimos problemas con el deán, Antonio Astillero. No nos quiso dar el acta del jurado, no quería certificarnos la obra, no quería que facturásemos y hasta les permitió hacer algunas vidrieras a Marta Valmaseda, Carmen Otero y Consuelo Perea, porque son del Opus Dei y éste donaba dinero para la catedral».

Tras «sufrir esta absoluta falta de formalidad del deán, del arzobispo y de toda esta gente», los Ortega colocaron sus vidrieras en La Almudena, pensando que, así, su arte tendría al menos un reconocimiento perenne. Pero sólo duraron cinco años. Hace cuatro meses, antes de que Kiko Argüello comenzase a pintar sus murales bizantinos en el ábside, «nos llamaron para decirnos que iban a quitar las vidrieras para que las hiciese Kiko y así darle coherencia al templo», cuenta Manuel Ortega.

Los Ortega contestaron que no estaban de acuerdo, «que el objetivo del concurso era precisamente unificar las vidrieras, que el concurso había sido fallado por el arzobispo, el presidente de la Comunidad y el alcalde de Madrid y que si retiraban las vidrieras, iban a manipular dicho fallo». Pero no les hicieron ni caso.Ni siquiera contestaron a su misiva.

«Es una locura. Siguen actuando como en la Edad Media. Lo que pasa es que Kiko presionó y consiguió lo irreparable: que se pasen por el forro de sus caprichos el fallo de todas esas personalidades», explica Ortega. Y las vidrieras de su padre están guardadas en la cripta de La Almudena. Y en su lugar, lucen las del fundador del Camino Neocatecumenal.

Las vidrieras de Kiko tienen, según Manuel Ortega, «un nivel tan bajo, que son inclasificables artísticamente. Además, no sólo no unifican, sino que añaden un nuevo elemento de distorsión en la estética de la catedral».

Y mientras Kiko Argüello publicita su obra a los cuatro vientos, los Ortega se sienten profundamente «humillados por el trato, por la pérdida del honor y del valor artístico». «Estamos profundamente dolidos, sobre todo por mi padre», dice Ortega hijo. Y para reparar su honor artístico mancillado van a interponer una querella contra el Arzobispado. «Lo peor será el día de la Boda Real, cuando mi padre vea que no están allí sus vidrieras».

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Kiko Argüello presentando las vidrieras:

http://fr.youtube.com/watch?v=lTlN21gHsck&feature=related

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